Un poco inculta y acomplejada jugando a Kentucky Route Zero

Año nuevo, vida nueva. En mi caso, nuevo trabajo, nuevo desastre apocalíptico (he tenido nieve para esta vida y 7 reencarnaciones. Gracias) y nuevos propósitos; el más importante, jugar más, leer más y escribir más. Hasta me he hecho un excel en una jugada maestra de auto-hackeo cerebral porque como diseñadora UX sé que trackear nuestro progreso en una tarea incrementa la adherencia a la misma. Ah, y también me he propuesto comprar menos. Por eso, voy a tirar de backlog todo lo que pueda (me da sobradamente para mis 7 reencarnaciones sin nevadas) y a aprovechar para ponerme al día todo lo que pueda. Como pasar de un extremo a otro nunca sale bien, estoy comenzando por juegos más cortitos y simples para disminuir el riesgo de abandono. Una pasadita rápida por mis cerca de 3 años de Montly Bundle sin canjear y mis ojos se detuvieron en Kentucky Route Zero: «sigue las extrañas aventuras de un grupo de viajeros que coinciden en la ficticia autopista Zero de Kentucky».

Me acerqué con cierta reticencia a Kentucky Route Zero simplemente por la cantidad de voces que lo ensalzaban como una oda a un montón de autores de otros medios cuyo nivel de conocimiento e incluso inteligibilidad no está al gusto y al acceso de todos los consumidores. «Obra maestra» «Complejo» «Profundo» «Diferente». Más que reticencia, creo que era cierto miedo: miedo a no ser capaz de disfrutarlo por no tener el nivel cultural adecuado para ello. Reconozco que en estos últimos años me he sentido en parte intimidada por una marcada corriente de gente que disecciona videojuegos con términos y referencias que muchas veces me requiere hacer una segunda lectura e incluso buscar palabros en el diccionario. Ya no es sólo tener la sensación de quedarme atrás por no jugar a los últimos lanzamientos; muchas veces me pregunto si estoy jugando a un juego mal porque no tengo el suficiente background cultural como para apreciar todos sus matices. He asistido a discusiones donde el namedropping de autores y obras era la única justificación posible para que te gustase (o no) un determinado título y cualquier argumento más clásico, por elaborado que fuese, implicaba que no habías entendido el juego bien. ¿Balance de karma para saber cómo se sintieron todos aquellos jugadores de Wii y Candy Crush de la pasada década mientras los hardcore gamers les juzgábamos desde la supremacía de nuestros mandos tradicionales y teclados de ordenador? Quién sabe.

Kentucky Route Zero tiene contenido y márgenes como para dar pie a centenares de páginas de ensayo sobre sus influencias, guiños y mensajes, pero el hecho de desconocerlos no afecta a su potencial disfrute. Después de terminarlo, me dispuse a hacer un ejercicio habitual que llevo a cabo tras finalizar cualquier título que dé pie a cabos sueltos o ambigüedad: buscar opiniones y debates de los jugadores. Me encontré numerosos posts en internet señalando referencias, inspiraciones y similitudes que eran totalmente desconocidas para mí y que no tuvieron ningún peso en mi forma de jugar, entender o sentir la obra. No tuve la sensación en ningún momento de haberme perdido nada ni lamenté no haber podido pillar este o aquel guiño.

Lo que sí ha sido extremadamente determinante a la hora de poder disfrutar este título es mi mood. Utilizo el término en inglés y no la expresión castellana «humor» porque quiero referirme a un estado global que va más allá del sentimiento primario: circunstancias vitales, pasado, futuro, pensamientos, sentimientos y por supuesto, el propio humor en sí. Todo en conjunto. Kentucky Route Zero es una aventura narrativa enmarcada en la corriente del realismo mágico, por lo que puede que mucha gente sea incapaz de comprar lo que intenta vender al no tener sentido.

A pesar del riesgo de que lo irreal del realismo mágico tire hacia atrás a muchos, son los dos lados de la capa onírica inherente a éste lo más valioso de su propuesta: al igual que cuando soñamos, hay veces que vivimos situaciones incoherentes e inconexas desde una posición de divertido estupor, hay otras en las que dichas situaciones se tornan en experiencias angustiosas y opresivas. No hay una manera correcta ni determinada de vivir los sueños: todo depende de quién los vive. Kentucky Route Zero es la historia de un grupo de personajes plagados de blancos que rellenar, donde la manera en la que lo hagas y las respuestas que elijas son totalmente irrelevantes para el devenir de la trama. Y paradójicamente, esa irrelevancia, esa ausencia de repercusión, hace que todas nuestras decisiones sean sumamente relevantes. Nosotros hacemos el juego con cada click, con cada frase, con cada lectura, porque Kentucky Route Zero no es lo que escribe, sino lo que vives al leer. He moldeado a los personajes eligiendo sus respuestas conforme a cómo quería que fuesen y he demolido todo lo construido a llegar a un punto en el que era yo misma y no el constructo que había creado, quien sentía la necesidad de responder. Y aún así, el juego funciona. Nada chirría. Todo fluye.

He jugado en unos días de transición física y mental, con una mezcla muy fuerte de sentimientos, esperanzas y miedos, y mi partida ha sido un potente catalizador y amplificador de todo lo que pensaba y sentía. He asistido a algunas situaciones con los pelos literalmente de punta, disfrutando de la belleza y la irrealidad de las escenas, mientras que en otros momentos he experimentado tristeza, soledad e incluso intranquilidad y angustia. Al igual que es prácticamente imposible intentar controlar lo que soñamos, el título es un viaje a la deriva, a favor de una corriente contra la que no tiene sentido intentar remar. Dependiendo de la persona, dependiendo de cómo nos pille, habrá quien encuentre sosiego en dejarse mecer por el agua y navegar en mitad del silencio de la noche. Otros se sentirán desgarradoramente solos. Algunos puede que incluso se duerman nada más iniciar el viaje y despierten al tocar la orilla, totalmente ajenos e indiferentes al transcurso del mismo.

Entendería perfectamente que haya jugadores a quienes Kentucky Route Zero les parezca una verborrea pretenciosa y aburrida, porque no me parece un juego para todo el mundo. En términos absolutos, sin juzgar desde la posición que he descrito al inicio de la entrada, insisto: veo muy comprensible que el juego no te guste, y si es el caso, está bien. De verdad. Eso no te coloca en ningún escalón inferior en cuanto a capacidad de entendimiento, cultura o conocimiento, porque no creo que esté en absoluto relacionado; es más: me parece que esta falta de necesidad cultural es una de sus mayores virtudes, y por lo tanto nadie debería echarse atrás ante el miedo de encontrar una obra demasiado sesuda. Lo único necesario para embarcarse en esta aventura es estar abierto a todo. Entender que la falta de sentido es lo que le da sentido a esta historia, a este mundo y a estos personajes. Invito encarecidamente a cualquiera con el más mínimo interés a que se embarque en este viaje. Lo peor que os puede pasar es disfrutar durante un par de horas de su apartado artístico, sus cuidados efectos de sonido y su maravillosa música y sus disruptivas puestas en escena, que en varios momentos llegan a quitar el aliento. En el mejor de los casos, saldréis de la Zero siendo una persona diferente a la que entró. Como me ha pasado a mí.

Acerca de naochan91

Madrid. Spain Videogame Design and Development Graduate Video Games Producer Pixels, books, games
Esta entrada fue publicada en Jugando, NowPlaying, PC y etiquetada , , , , . Guarda el enlace permanente.

4 respuestas a Un poco inculta y acomplejada jugando a Kentucky Route Zero

  1. Mario dijo:

    Qué gozada volver a leer tu blog! Como siempre, me ha encantado la lectura.

  2. Malakun dijo:

    Yo me pasé el KRZ en pleno confinamiento, buscando aligerar la lista de pendientes. Ya que el último capítulo había salido en enero de 2020, pues me puse a ello. Y oye, que maravilla de experiencia, tal y como lo cuentas en esta entrada. Creo que no lo hubiera disfrutado tanto de haberlo jugado a medida que salían los capítulos, creo que me impresionó más al pasármelo del tirón.

    También soy de los que rebuscan en foros teorías y opiniones cuando me paso un juego. Sí que es verdad que, al no conocer las obras de las que bebe, te pierdes las referencias, pero eso tiene una parte positiva y es descubrirlas gracias al juego.

    A ver si es verdad y vuelves a actualizar más, que con la falta de GR se echan en falta tus textos.

    • naochan91 dijo:

      Es una pregunta que me he hecho, y creo que yo también lo he disfrutado más jugándolo del tirón. Es más: creo que el juego te pide que lo hagas del tirón, porque me imagino dejando varios meses entre capítulos y tendría que rejugar los anteriores para poder «navegar su flow» (no se me ocurre mejor forma de decirlo).

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s